10.6.10

7.6.10

Popurrí


Ah, volví a terminar de leer "Amanecer", de Stephenie Meyer.. el último libro de la saga Crepúsculo. En este libro, además de llevarte de la mano de Bella, te deja capítulos maravillosos como "Febril" que leer y desentrañar a gusto a solas. Sin duda, aún con toda la pompa que se le ha dado a la saga y a la historia de amor adolescente, hay que aplaudir a la autora por ser capaz de desarrollar una tremenda historia - sobretodo en el último libro - con tantísimo contenido, sin dejarse cabos sueltos, y satisfaciendo en cada página todos nuestros pesares conforme avanzaba (¿o terminaba?) la historia. Sea como sea, me encanta la forma de escribir de esta mujer y podría decirse que Amanecer termina siendo un libro, inspiracional. Un libro que al terminar de leerlo te dan ganas de comenzar a escribir tú misma una historia, confiando en que lo harás bien. Lo cierto es que tengo algunas historias pendientes de escribir... poco a poco se van dibujando escenas en mi cabecita. Quizá este verano, con un poco más de tiempo, pueda darle fin a alguna de ellas. Hace demasiado tiempo que no escribo.. mis musos andan de vacaciones.

Lo mejor de todo, es que ha sido capaz de abstraerme de las insufribles ecuaciones diferenciales con las que me tengo que ver estos días si opto por darle carpetazo a la carrera. Un perfecto equilibrio, horas entre apuntes y luego, un rato de evasión. Me gusta. Antetodo por el hecho de conseguir desconectar, hacer clic en el momento justo y echar a volar.. lejos de las matemáticas y otros asuntos que pululan últimamente por mi cabecita.

Simple Gifts... una joya de Wayne Gratz. La escuché una de mis eternas mañanas de "curro" hace unas semanas, y la guardé bien en la memoria. ¿He dicho ya que el piano me relaja? caray, la culpa de que me pierda en sus sonidos es toda tuya (sí... va por ti). Y me encanta. Me encanta.

Definitivamente, las noches rinden más que el día con todas sus horas de sol. El sueño de hoy no es que fuera maravilloso, pero me hizo levantarme de buen humor. Me gusta soñar, despierta y dormida. Sólo que hay noches más productivas que los días, con sueños que parecen verdaderos guiones de cine, con asuntos intrincados y detalles muy cuidados. Normalmente, cuando así ocurren y despierto, corro a apuntar las historias. No se me habrían ocurrido ni despierta. Eso es un verdadero problema.

La nueva plantilla del blog aún no es definitiva, ha de convencerme de que tiene que estar en mi espacio personal.. de lo contrario, le daré rápidamente fin. Por cierto, tengo un debate interno por el conflicto palestino-israelí. Lo plasmaría pero es tan largo... que quizá en otro momento. Por ahora sigo dándole vueltas a la cabeza ya que aunque antes estaba obcecada con ver las cosas desde sólo un punto de vista - el más evidente - ahora al habérmelo hecho ver alguien desde otro ángulo, con mayor perspectiva - me gusta ver la situaciones generales, abarcándolo todo y así, sacar conclusiones - ya no sé hasta qué punto defiendo a quién y hasta dónde condeno o no la situación. Já, ahora llega lo mejor. Darle vueltas a la cabecita. Como sino tuviera un máster en ello. ¿He dicho que tengo ganas de fiesta? Llevo 3 ataques severos de alergia en dos semanas cada vez que he querido salir a disfrutar de las maravillosas terrazas madrileñas. Las ganas se acumulan, como el líbido en los hombres. Pero ésa es otra historia.

En fin, un verdadero popurrí.

4.6.10

Play / Pause

Probablemente alguien se haya tomado la libertad de darle al botón de Pause y decidiera que yo debía ponerle freno a lo que parecía ser una vertiginosa carrera hacia quién-sabe-dónde. Pues así me encuentro, en modo stand by, esperando. Lo mejor de todo es que no se a quién ni a qué. Imagina que me encojo de hombros por un momento. Así podría describirse mi yo más mío estos días. Esa es la actitud. Ni buena ni mala, psé.

La misma persona que diera al amable botón decidió que con ello también debían de acabarse las motivaciones varias que me impulsaban a seguir hacia delante, desaparecer de la lista de las personas guays y poner una coraza metálica entre el cielo que me observa y el suelo que piso al caminar. Más bien debería decir dar vueltas al mismo sitio, entorno al mismo eje.. ¡un eje en el que no hay nada! Absolutamente nada, por gracia o desgracia. Todavía no decidí qué valor darle a este hecho.

La niña revoltosa que debería ser en mis momentos más rebeldes, por lo visto se ha sentado despreocupadamente en el suelo, de brazos cruzados y ha fruncido el ceño ante la escasa perspectiva y el camino tan común - y poco especial - que tiene por delante.

Me llaman la desaparecida. Lo cierto es que sí, lo estoy. Pero es sólo por una buena razón: estoy lanzando piedras a ese grandísimo botón que hay junto al de Pause... de momento no tengo suerte. Alguna incluso me ha rebotado en la cabeza riéndose de mi puño amenazador y mi retahíla de palabras para nada amables. No cejaré en mi empeño. Me enerva esta situación. Conseguiré darle al maldito PLAY y volveré a ponerme en marcha.