5.6.08

La Última Batalla

Poned los altavoces y disfrutar del pequeño relato que compuse anoche para los valientes guerreros que participaron en la batalla: más de 500 personas :)



LA ÚLTIMA BATALLA

Aquella noche en Tierra Santa un cielo plagado de blancas estrellas fue sembrado por la mano de aquellos dioses que cristianos, paganos y sarracenos adoraban en su fuero interno... El horizonte de un profundo azul tililaba con aquellas hermosas luces que parecieron bajar desde el mismísimo paraíso ante la admiración de todos los presentes. Aquella batalla sería recordada por todos los supervivientes como La Batalla de las Mil Estrellas.

Ambos Ejércitos comenzaron a formar en el silencio más solemne que hubo en las batallas que acontecieron en ésta, nuestra Edad Media. En un extremo del campo de batalla los Caballeros Hospitalarios junto a toda la Cristiandad que se sumó a ellos, miraban el grueso del ejército al que se tendrían que enfrentar. La bandera del Hospital, ondeaba a merced de un viento que paseaba sinuoso entre las armaduras de todos los guerreros.. allí estaba, a manos de su Portaestandarte la Enseña de CH, orgullosa e impávida en la noche. Y al frente de todos ellos montados en sus caballos, el Maestre Lestatt de Lincourtt acompañado de Leguina, el Jefe Militar de la Orden.

En el otro extremo del lugar el más inmenso de los Ejércitos Infieles que lucharon alguna vez, comandados por Ludus Magnus Paganus. Formación tras formación, venida de todas partes de Tierra Santa, esperó la señal de ataque.. Podría decirse que en el rostro de aquellos guerreros había ganas de victoria.. de ganar aquella victoria por aquellos dos guerreros que a bien les comandaron durante tanto tiempo: Mordred y Patroclo el Sire. El Estandarte de Ludus, al igual que el del bando cristiano, ondeó en el horizonte.. y al frente de todos ellos, Mordred el Gran Maestre observando lo que había de acontecer, y a su derecha, Patroclo asímismo sumido en sus propios pensamientos.

De pronto los tambores y cuernos de guerra paganos comenzaron a sonar suavemente y a medida que trancurrieron los segundos aumentaron su fuerza y se dejaron escuchar por todo el campo de batalla... del otro lado del campo como respondiendo a la llamada el tañido de unas suaves trompetas de plata se elevaron a un cielo plagado de estrellas... si... aquél, aquél era el sonido, aquella batalla sería el Homenaje a ellos: Mordred y Patroclo. Por ellos acontecería la lucha de hoy.. por ellos y sólo por ellos...

Y entonces los sonidos cesaron, el viento dejó de pasearse entre los combatientes y ... la señal de ataque fue dada. Los poderosos ejércitos corrieron a encontrarse bajo la luz de las mil estrellas.

Ahhh... tantos y tantos combates se sucedieron.. Cuenta la historia que en aquella épica batalla el ejército cristiano luchó con la fuerza de muchos, muchos hombres y que vorazmente defendió su Fe con el honor, el valor y el rigor que les fue otorgado... pero Ludus Magnus Paganus irrumpió en las filas de los Cruzados y uno a uno, fueron cayendo quedando caídos y malheridos a su paso.. poco a poco fueron diezmadas las fuerzas de los cristianos. Fue entonces cuando se observó la figura de un gran Caballero Pagano luchando combate a combate y haciendo caer a sus pies a todo aquél que osó enfrentarlo. En cada uno de sus gritos exclamó el nombre de sus compañeros..

- ¡POR SORK! ... ¡POR WOLFI! ... ¡POR ZHOE! ... ¡POR ARKAN! - gritaba al tiempo que atravesaba a sus enemigos y les deshacía en mil heridas diferentes.. - ¡POR PATROCLO! ... ¡POR EMBLAS! ¡POR CBETA!... ¡POR KADIR! ...

Y así fue como Mordred, cada vez más agotado fue pronunciando los nombres de todos y cada uno de sus compañeros en aquella, su última batalla..

No muy lejos de él la figura de un intrépido caballero hacía caer a un lado y a otro a diferentes cristianos.. su espada probó la sangre de AntiMoros, de Don Pelayo, y de unos cuantos sicarios.. en cada golpe recibido, en cada golpe otorgado, el caballero susurró para sí mismo que aquella, y aquella, y aquella otra estocada eran por Ludus Magnus Paganus... pronto el enemigo desapareció de la vista de Patroclo, quien siguió proclamando victorias y victorias, y más victorias por Ludus..

Fue sólo antes de caer extenuados en lo que fue una batalla larga y tediosa se escucharon los primeros gritos de los supervivientes...

- ¡Victoria para Ludus! - gritó uno apoyandose en su propia espada, ensangrentada.

- ¡Victoria hermanos! - exclamó otro resoplando fuertemente por una herida recibida en el muslo..

- ¡Por Mordred! ¡por Patroclo! ¡Larga vida a nuestros compañeros! - ¡LARGA VIDA! - corearon todos los Ludus.

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Todos los supervivientes de aquella maravillosa y épica batalla cantaron, danzaron y festejaron la carrera que como guerreros habían tenido los dos compañeros que dejarían las armas aquella noche en su campamento... los tambores paganos se escucharon durante horas y horas bajo el infinito mar de estrellas...

Se dice que cuando todos los Ludus brindaron alrededor de la hoguera alzando sus cervezas por Mordred y por Patroclo éstos desaparecieron entre las sombras de la noche emprendiendo un nuevo camino que solo el destino terminaría por contar.. los compañeros se miraron unos a otros con las cervezas en la mano... a algunos de ellos se les empañaron los ojos.. otros bajaron sus rostros... y otros simplemente recordaron mirando el fuego que crepitaba frente a ellos los rostros de sus compañeros... entendieron al fin que aquella era la mejor de las despedidas.

Fue así como vivió LMP la marcha de dos de sus grandes dirigentes: brindando ya sin ellos por última vez por los grandes días, los intensos momentos que vivieron junto a ellos, y las mil y una anécdotas que recordarían día tras día en la Cofradía de Ludus Magnus Paganus.

† Nora †
Guerrera de Tierra Santa