19.8.09

Día III: Sueño

Día II: Pies entre Pétalos

Como el cansancio se va acumulando, seré breve en mi post de hoy. Lo siento por mis seguidores ( los oficiales y los que no ). A todo esto y antes de que se me olvide.. gracias Luis por dejarme unos consejillos escritos sobre el arte culinario y las estrategias de todo superviviente. Gracias tb a los míos por hacerme una visita express. Ahora.. vamos al tema!

Por lo visto me lo monte como me lo monte, no llegaré a dormir 8 horas del tirón ninguna de estas noches. Por segundo día consecutivo.. quedan algo más de 7 horas para que suene el despertador.

El curso cada vez va a mejor. Quitando esos momentos de sueño incontrolable - tras la comida, a media mañana, antes de regresar a casa..-la dinámica que llevan está bastante bien. La gente, añade un punto positivo a todo esto, pues ya vamos cogiendo confianza y nos regalamos nuestros ratitos de charlas y risas.

Hoy la cocina se portó bien conmigo. Además de tardar poco no sufrí ningún accidente digno de mención.. al menos en la cocina. Y es que sabía yo que lo de llevar deportivas al curso no saldría bien. En cuanto llegué allí, malherida por el roce en el camino, observé las dos magníficas heridas sangrantes que me dejaron en ambos talones las benditas deportivas. Era lo mejor que me podía pasar. ¿Resultado?: me queda por delante una larga semana con los pies "destrozaos". Eso sin contar la salida a la sierra en la que lo predominante será andar.. andar.. y andar. ¡Magnífico! Con un par de heridas el futuro inmediato, que implica el ascenso al pico de una montaña, se presenta sin duda, esperanzador. Cuanto menos interesante. Es sencillamente genial. Qué otra cosa podría haber deseado.

Así que mientras me preparo para lo que bautizaré como "El Fin" imaginaré que mis pies descansan en otro mundo menos doloroso..

Autora: Estrella de la Tarde

18.8.09

Día I: Féminas a Salvo


7 horas y 35 minutos para que suene el despertador. Vamos mejorando. En lo que desde luego no he mejorado ha sido en mi orientación para encontrar el sitio donde se impartía el curso.. y eso que llevaba un mapa que con esfuerzo y dedicación dibujé anoche antes de irme a dormir, ya sabeis.. para asegurar el camino. ¿Tanto cuesta a los españoles poner placas con los nombres en todas las calles? parece ser que sí. El caso es que encontré finalmente el sitio y entablé una entrañable conversación con una joven desconocida -también inscrita al curso y llegada a él en solitario- que resultó ser una de mis compañeras de juegos de la infancia, allá en Barcelona.. quién nos lo iba a decir. Desde luego que el mundo es un pañuelo.

En general, la valoración del primer día ha sido positiva. Bastante, diría yo. Sobretodo subsanado el que era el principal problema que se me había planteado... sortear sola a posibles mentes sucias en calles desiertas mientras rezo por mi vida y mis... feminidades. Esto es posible hacerlo durante quizá un par de días sin salir mal amparada.. pero durante tantos días, malo malo. Por lo visto, no soy la única sin el bendito coche y con el mismo problema, así que podemos decir y afirmar categóricamente que.. las Féminas estamos a Salvo. ¡Bien!

Y para aquellos curiosos que tras el desastre de ayer esperaban otro drama en la cocina he de decepcionarles.. se acabaron los baños en aceite. De nuevo, la gran Chef tomó el control tras los "fogones" y se desarrolló todo sin problemas. Parece como si los desastres épicos como el de ayer hubieran quedado atrás.. pero no cantaré victoria tan deprisa. Me quedan muchos, muchos dias por delante.

Así que tras haberme identificado hoy como una Pantera y con Liv Tyler ante todos, en lo que me pareció fue un juego, y haber vendido a una completa desconocida como futura currante para una hipotética empresa, termino de escribir mi Día número 1, sabiendo que existen al fin más posibilidades de regresar a casa sana y salva.
Autora,
Arwen, Estrella de la Tarde

17.8.09

Día Cero: Desastre en la Cocina

Me quedan exactamente 6 horas y 8 minutos para que suene mi despertador. Mis ocho horas reglamentarias se fueron por el retrete, no precisamente por sentarme a escribir este post sino por lo que he bautizado como el Desastre en la Cocina.

Me encuentro a escasas horas de comenzar otra pequeña experiencia más en la vida. Iniciaré un curso intensivo que además de ponerme a prueba fisicamente - muchas horas seguidas de clases -, hará que aflorezca mi instinto básico de supervivencia (en muchos sentidos) y que se alejen mis bucólicos momentos de soledad. Por el momento, una vez dejaba atrás por los míos emprendí la valerosa tarea de estudiar en estos días de calor, y de bajar a hacer la compra desesperada en un día festivo como hoy - oh, que puntería la mía, casi todo cerrado.. casi. Encontré una tienda. Por si fuera poco el sofoco que supone caminar bajo el sol en estos veranos de la España profunda, un criajo de 10 años menos que yo alaba mis curvas sin ningún tipo de discreción al tener que ir a recoger el dinero que se me había caído al suelo. Pienso en lo mal que está el mundo y lo salidos que están los niños de hoy en día. Regreso indignada a casa.

El pintarme las uñas, hizo que las horas se me escaparan de las manos y que me encontrara corriendo hacia la cocina más tarde que temprano, para preparar la maravillosa comida de mañana. Lo que al principio fue una bonita y sana elección en mi menú para el día venidero se convirtió en un fenómeno tortuoso en el momento en que encendí la vitrocerámica. ¡Quién me mandaría! Y es que es importante fijarse en las medidas de la comida.. la cantidad de todo con lo que vas a manejarte en la cocina.. es importante cosas como el aceite, oh, el aceite! Ni siquiera una lluvia caída desde el cielo con furia podría haber igualado la mala leche de mi aceite! Sapicó hacia todas direcciones desde una pequeña y nimia superficie como es la de una sartén. Cómo decía antes.. el instinto de supervivencia afloró y me llevó a cubrirme lejos de aquél espectáculo dantesco. Temerosa, hube de acercarme a arreglar el estropicio. Y es que yo sabía que freír no era lo mío.. pero después de lo de hoy, deberé replantearme mi futuro en los próximos días, si es que pretendo sobrevivir y que el piso lo haga conmigo. Con lo bien que se me daba la cocina.. habráse visto tal desastre ante mis propios ojos, y peor aún, viniendo de mi propia mano.

Hecho "algo" para mañana, hasta el hambre se me quitó del cuerpo al limpiar. Ahora, con una cena frugal y el ligero toque de Morfeo en mis ojos y cuerpo, he de retirarme a mis habitaciones. Mañana a estas horas estaré completamente contenta, o me sentiré completamente desdichada después de mi primer día en el curso. Una vez en marcha.. no habrá vuelta atrás. No espero nada, por lo que las decepciones serán más llevaderas si éstas han de producirse. Veremos qué ocurre.

Sólo sé una cosa con certeza: en futuras incursiones a la cocina prestaré más atención a las instrucciones del libro de cocina.

Autora: Estrella de la Tarde