20.12.13
Luz en la Habitación
Hace meses que no escribo en este blog.
Lo cierto es que en medio del verano algo hizo "crash" dentro y empecé a entrar en una espiral tremendamente dolorosa. Fue un cúmulo de todo... estrés, presión y malas formas en el trabajo, exceso de responsabilidades fuera de él y lo peor de todo: su ausencia. De repente me quedé sola y se hizo el silencio. El pequeño castillo se vino abajo... y me dejó temblando. Y sola. Muy, muy, muy sola. Tan sola que parte de esa soledad se ha quedado como una pequeña escarcha sobre mi corazón. Y diría que ha sido la desencadenante de mi malísima salud en todo lo que ha venido después.
Emocionalmente empecé a desangrarme, pero vinieron de todos lados corriendo a traer mantas, bálsamos y tiritas, y a ofrecerme todo lo que estaba en sus manos para que no cayera. No fue el rechazo.. si no la impotencia. La impotencia de ver que se desvaneció de la noche a la mañana algo tan increíble... que por inseguridad o cobardía se quedó ahí. Atrás. Y congelado. Pasé por muchas fases, que no detallaré aquí pero he de decir que el camino ha sido tremendamente doloroso.
Aprendí a sobrevivir, hasta hoy.
Y aquí estoy, disipando nieblas y rogando a Dios que haga entrar un poco más de luz en mi habitación.. porque aún estoy algo destemplada.
Agradezco el fin de este horrible año, y me asomo al siguiente no con ilusión, sino con la lengua hacia afuera después de haber corrido durante el 2013 a marchas forzadas. Veo la cumbre de esta montaña en el 2014, y después por fin, podré sentarme a contemplar, y a disfrutar, y a descansar. Ya no sé si quiero compañía...
Sólo quiero un poco más de luz en mi habitación.
Quizá tú temples este invierno, 2014.. te espero.
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