10.7.07

...Un paseo por la vida...

Recortando en el periódico de la vida encontré que un buen día nació a poco más de 700 km de aquí una niña... bañada por el sol que se filtraba entre los Pirineos y por las aguas del Mediterráneo. Pasando la hoja me la encontré jugando con Víctor, su amigo argentino de la infancia, corriendo por los bosquecillos de Montcada i Reixac en Casa Bíblica o quizá en el Joan Llogueras cuando aún existía aquél puesto de helados donde los polínes los vendían a 5 pta... tirandonos por aquellas cuestas llenas de bichos y zarzas :P ! Lo sorprendente es que esa misma niña que paseaba por la ciudad condal con la frente escrita con un "Barcelona 92" paseó más tarde en un desfile de disfraces en un pueblecito perdido de Madrid no mucho tiempo después...

"Vaya", diría ella, "¡como pasa el tiempo!" Cogiendo otro periódico resolví leer varias páginas de algo que me sorprendió ... estaba escrito con sangre. Sangre seca pero sangre al fin y al cabo. Pasando un dedo por ello pareciera como si tuviera vida propia... y ahí, débilmente, el latido de dos corazones en uno. Me eché para atras sorprendida, apoyando mi espalda en el respaldo de la cómoda, y al sentir el ritmo que traían aquellos latidos sonreí. No me hizo falta reconocer su primer beso, el sentimiento del día que pasé más vergüenza en toda mi vida o el tintineo de las teclas del piano bajo sus dedos para reconocer de quién eran esos dos latidos... Y como un flash el periódico se abrió por otro capítulo ... uno en el que contaba como la niña, ya hecha toda una mujer, viajó al País Vasco junto a unos cuantos más donde el frío les caló los huesos a todos XD. Allí mismo ella cantó por primera vez en un escenario :O !

En un trocito de una de las últimas hojas la chiquilla recibió con el tiempo su primera matrícula de honor en 3 años de carrera con la que se le saltaron las lágrimas... y así se siguió escribiendo un pequeño diario contando cómo se cruzó gente en su vida y cómo desapareció otra... como unos decidieron sonreír con ella y otros optaron por saludarla con el sombrero e inclinar sus cabezas al verla pasar...

... y quien diría que aquella niña era yo misma ...

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